El 23 de abril de 2024 le dimos la bienvenida a un cliente especial de Australia. Este cliente compró por primera vez y solo compró algunas muestras. Aunque el precio de esta muestra no era alto, el costo del flete aéreo sí lo era. Sin embargo, este cliente pagó la tarifa sin dudarlo, lo que nos hizo pensar que podría ser un gran cliente potencial y valioso.
Rápidamente organizamos el envío de las muestras, sin embargo, inesperadamente, la empresa de logística informó que la mercancía había llegado a Australia, pero no se pudo contactar al comprador. Inmediatamente intentamos comunicarnos con el cliente y supimos que estuvo en Dubai antes y no contestó el teléfono. Ahora está de regreso en Australia y puede organizar la entrega. Considerando el alto costo de la reenvío al extranjero, decidimos pagar más de $50 en envío nuevamente y le dijimos al cliente que habíamos pagado esta tarifa por él y le pedimos que prestara atención al recibir las muestras.
Sin embargo, en los dos meses siguientes no recibimos ningún comentario sobre las muestras. A pesar de nuestras repetidas consultas, nunca recibimos respuesta. Empezamos a dudar de si este cliente era realmente valioso. Sin embargo, justo cuando casi perdimos la esperanza, este cliente regresó repentinamente y realizó un pedido grande: ¡14,400 esponjas! Este pedido nos dejó muy sorprendidos y emocionados. Lo que es aún más gratificante es que también nos pidió que le ayudáramos a cargar algunas cosas de otros proveedores. Aunque podríamos haber cobrado una tarifa de envío más alta, aun así ayudamos a un precio de $100.

Esta es la captura de pantalla del pago del cliente de Australia.

Al recordar esta transacción, nos damos cuenta profundamente de que cuando se trata de grandes clientes reales, ellos pueden sentirlo si eres generoso. Las emociones humanas están interconectadas. Lo que debemos hacer es identificar con precisión a los grandes clientes reales, no a aquellos que sólo quieren aprovecharse. Esta experiencia también nos recuerda que debemos ser sinceros y pacientes con cada cliente, porque nunca se sabe qué cliente se convertirá en su gran cliente.